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Proceso de trabajo
Este Mercedes llegó a nuestras instalaciones tras sufrir un episodio de granizo severo que dejó múltiples impactos repartidos por toda la superficie, por lo que requería una intervención minuciosa y sin margen de error.
1. Evaluación inicial y planificación
Comenzamos analizando cada uno de los impactos con lámparas de luz reflectante, que nos permiten ver en detalle las deformaciones reales en la chapa, incluso aquellas que a simple vista no se aprecian. El granizo había producido abolladuras de distinta profundidad, algunas muy juntas entre sí, lo que elevaba la dificultad.
2. Acceso limitado → técnica de pegado (glue pulling) y extracción de techo
Dado que el marco superior del vehículo no permite acceso directo desde el interior con varillas, optamos por trabajar con pestañas de extracción (tabs) y adhesivo termofusible, utilizando herramientas de tracción específicas para sacar cada impacto con precisión.
3. Tensión controlada y modelado progresivo
En este tipo de superficie convexa, el granizo tiende a generar microtensiones en la chapa. Por eso fuimos trabajando punto por punto, aplicando calor para liberar la tensión y evitar roturas en la pintura. Combinamos el “glue pulling” con técnicas de presión lateral y alisado superficial con martillos de teflón para perfeccionar el acabado.
4. Correcciones finas y validación final
Ajustamos los últimos detalles con la lámpara de líneas finas, para asegurarnos de que las reflexiones quedaran totalmente uniformes. El objetivo era que nadie pudiera notar que allí hubo daños. Cada abolladura fue corregida sin alterar ni un milímetro la pintura original.
